Reciclando con Amparo Quintana

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Amparo Quintana ‘Igualdad, inclusión y diversidad: buenas prácticas y estrategias efectivas para la Mediación’.

La sección de Mediación del Colegio organiza el curso ‘Igualdad, inclusión y diversidad: buenas prácticas y estrategias efectivas para la Mediación’.

La delegada de Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad en Málaga, Ruth Sarabia; nuestro diputado Rafael Soto, y nuestro coordinador de sección, Juan Ignacio Acuñas, han acompañado a nuestra ponente: Amparo Quintana, abogada, mediadora, secretaria de GEMME España y Copresidenta de de la sección MASC del Colegio de la Abogacía de Madrid.

Reseña de nuestra compañera Isabel Quesada:

AMPARO QUINTANA es uno de los nombres propios de la mediación en España, sinónimo de excelencia indubitada e innegable. Todo un referente de la disciplina, su impresionante curriculum habla por sí solo. Un nombre propio donde concurren muchísima sabiduría, poseedora de una acreditada e intensa experiencia práctica tanto como mediadora a pie de calle cuanto como docente y formadora en múltiples foros, cursos especializados, másteres, congresos, jornadas…, compendio de extensos conocimientos que con generosidad, humanidad, modestia y humildad ella comparte allí donde va.  

John F. Kennedy dijo, “Debemos encontrar tiempo para detenernos y agradecer a las personas que hacen la diferencia en nuestras vidas”.

Agradecidos y afortunados en ICAMALAGA de haberla podido tener con nosotros estas jornadas formativas para tratar de la diversidad, incidiendo especialmente en las peculiaridades de concretos colectivos vulnerables.

Desde su dilatada experiencia nos ha puesto de manifiesto las particularidades que surgen en casos de mediación ante determinados grupos de población: niños, adolescentes y jóvenes, mayores, discapacitados, personas del colectivo LGTBI+, etc…

•Diversidad en sus distintas dimensiones. 

•Equidad e igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de cualquier condición. 

•Inclusión como práctica ética cotidiana para apoyar a las personas más vulnerables.

De entrada se habla mucho de estos grupos de población, cada uno de ellos con sus especifidades, incluso se realizan intentos prácticos para tratar sus problemáticas, desde la difusión y la concienciación; sin embargo, desde esos aspectos teóricos no se materializan en actuaciones concretas que implementen todo aquello que desde la hipotética “idoneidad” se propugna o se habla. Las mejoras o avances teóricos, doctrinales y políticos no siempre se verifican en acciones y programas a través de los cuales se materialicen esos desiderátums teóricos, muchas de las propuestas no  alcanzan la realidad cotidiana ni se traducen en logros efectivos que mejore la consideración y la gestión con dichos grupos vulnerables. Se vende mucha imagen y apariencia dirigida a eliminar barreras, discriminaciones, agravios comparativos, desigualdades fácticas… que desgraciadamente se quedan en eso y no alcanza a quienes verdaderamente precisan de dichos avances. La transformación social siempre es más rápida, pero precisa de un espacio temporo-espacial para poder traducirse en una realidad mejorada palpable y sincera. 

La cuidada exposición relaciona la situación social actual de estos colectivos que presentan necesidades también muy distintas a la hora de afrontar una mediación con  personas pertenecientes a dichos colectivos, al tener grupos sociales muy diferentes en el punto de mira (su ámbito de aplicación es plural, variado y heterogéneo) entendidos en su propia diversidad, entroncando con las múltiples leyes actualmente vigentes dirigidas a tratar la no discriminación. Se hizo alusión a su pretendido alcance y algunas insuficiencias prácticas de las mismas, puesto que toda norma programática en blanco (son leyes ambiciosas en su redacción) queda un tanto desdibujada de contenido cuando no se traduce en concretas acciones dirigidas a su consecución práctica y la mejora social que desde el papel el legislador propugna.

Con máxima astucia y habilidad, Amparo nos relacionaba lo deseable –“en el reino de teoría” ya sabemos que todo es estupendo…-  con las dificultades o particularidades que en diferentes casos de mediación ella ha intervenido con personas pertenecientes a estos grupos de colectivos vulnerables, haciéndonos partícipes a los asistentes de cómo las partes implicadas iban reaccionando y de qué modo se gestionaban las sesiones de mediación que tuvieron lugar.  Resulta muy significativo constatar que los conflictos surgen, evolucionan, se desarrollan y en su caso, se consiguen resolver, siempre a través de la escucha y la palabra, la escucha al otro y atender a sus razones; sin diálogo, sin comunicación efectiva, honesta y responsable es prácticamente imposible e inviable alcanzar acuerdos a través del entendimiento. 

También nos refirió cuando una vez ya había finalizado la mediación se hicieron llamadas, chequeo o actuaciones de seguimiento, y de qué modo el participar en la mediación incidió en las circunstancias de futuro de las concretas personas intervinientes, considerada cada una de ellas en su intrínseca naturaleza, con sus características y su específica diversidad, según sea el colectivo vulnerable al cual pertenece o está adscrito. 

También se realizaron actividades prácticas, muy participativas y con gran dinamismo, hubo preguntas, debate, intercambio de opiniones, mucho interés y alegría. 

La ponente es una comunicadora innata, desde su extenso, idóneo y exquisito vocabulario, con templanza y serenidad transmite conocimientos y humanidad desde su propia excelencia, ganada a pulso a lo largo y ancho de su dilatada experiencia, tras muchos años de esfuerzo, dedicación y trabajo ininterrumpido. Es una suerte y todo un gustazo oír a quien destila sabiduría con esa natural destreza. 

G.K. Chesterton escribió: “Yo mantengo que ´gracias´ es la más alta forma del pensamiento; y que la gratitud es la felicidad duplicada por la admiración”.  Sin la menor duda tiene toda la razón. 

Ha resultado una experiencia altamente gratificante y satisfactoria. Hemos quedado encantados. 

Mil gracias y hasta siempre, Amparo. 

Isabel Victoria Quesada Villanueva, abogada, mediadora y facilitadora en prácticas restaurativas